Hace dos días me preguntaron si me gustaba la "Trova" (hubo un silencio breve). Vamos, el género tiene muchas vertientes: la del Víctor Jara, la cubana con Amaury Pérez, la otra cubana con Milanés y Rodríguez (seh, hay diferencias), la yucateca que me trae maravillosos recuerdos con Acereto (¡nivel!) y Pastor Cervera, y así nos podemos seguir. En general no me considero la audiencia meta, pero creo que una de las vertientes a la que me siento más atraído es a la "trova urbana" (¿se vale esta clasificación?), es decir, esa en la que los autores sí se clavan en la textura pero no se nos van. Por lo general tienen buenos arreglos y más que sufrir con la onda tecnología, la utilizan a su antojo. Aquí un ejemplo. El Drexler tiene sus momentos. ¿Qué no?
P.D. Van tres días seguidos de lluvia, ¿alguien sabe qué tan cierto es el rumor que Portishead se une a la cadena de reencuentros?
1 comentario:
Comparto el silencio, tampoco soy fan de la trova pero me gustó esta rolita. Un abrazo chaíto.
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